viernes, 23 de agosto de 2013

CRÓNICA: MI WACKEN OPEN AIR 2013


Wacken, WACKEN, wacken, WACKENNNNN!!! Tanto Wacken por arriba y por abajo que me dije “esto tengo que vivirlo en primera persona al menos una vez”. Y así es como se gesta una decisión acertada. Decir de antemano que en Wacken se dan las circunstancias técnicas perfectas para que cada banda suene en su mejor nivel. Todos los detalles están cuidados al máximo. Esto, unido a que Wacken se ha convertido en La Meca del Metal lugar donde las bandas quieran dar lo mejor de sí mismas, supone que la gran mayoría de los shows a los que asistes son conciertazos. Te puede gustar más o menos la banda o su estilo pero, en general, estás viendo y escuchando un espectáculo musical sobresaliente. Por un lado está la gente del festival: 80.000 almas metaleras pululando de un lado a otro con la sonrisa permanente en la cara, sabedores de que están IN THE HOLY LAND OF WACKEN!!! Por otro lado, y más importante, la gente con la que conviví y compartí esta magnífica vivencia. A la mayoría no os conocía más que de aquella cena navideña y, a raíz de estos cuatro días sabed que todos y todas tenéis un lugar en mi corazoncito porque sois cojonudos/as. Si este Wacken será una de las batallitas que cuente a sus nietos el abuelo Diego dentro de muchos años es en un mucha parte gracias a que la convivencia fue una delicia. 


Comencemos con la música….


Miércoles, 31 de julio


TRALLERY: Banda mallorquina ganadora del Metal Battle en España. La Metal Battle es una batalla de bandas que tiene lugar en cada país cuyos ganadores nacionales disputan la final en Wacken. El ganador tiene como premio la firma de un contrato discográfico. Este año disputaban dicha final alrededor de 30 bandas procedentes de otros tantos países que tienen un tiempo de actuación de 20 minutos cada una. Lo que a Trallery le va es el Thrash Metal y su concierto fue intenso, plagado de temas juguetones y agresivos con continuos cambios de ritmo, paradas y retornos. Quedaron terceros en la clasificación a dos puntos de los canadienses Crimson Shadows, vencedores de la edición, y a uno de los chinos Nine Treasures que fueron segundos. Tienen buena pinta. A ver cómo funcionan en el futuro.




Jueves, 1 de agosto


SKYLINE: Es tradición que la primera banda que toca en los escenarios grandes sea la compuesta por los dueños del festival. Allá por el 24 de agosto de 1990 fueron cabeza de cartel del primer Wacken. Tocan versiones de grandes clásicos, además de algún tema suyo y suenan bien. Estuvieron Turbo Lover, Bark At The Moon y Paranoid entre otras.


ANNIHILATOR: Buen concierto de Jeff Waters y sus esbirros. Alternaron temas nuevos con clásicos y con algún tema poco habitual. “Bueno, ahí va la última. No lo adivinareis… Casi treinta años después y siempre esta es la última…” Jeff, si tocas Alice in Hell la última es porque quieres. La metas donde la metas quedará cojonuda. Luego tienes temazos sobrados para acabar el concierto a tope hombre. Seguro que me escucha.


THUNDER: Banda inglesa aunque con aroma americano que practica un Hard Rock anclado en finales de los 80 del mismo palo que Tesla o  LA Guns pero con la flema inglesa. Chorrazo de voz de su cantante Danny Bowes. Buen concierto.


DEEP PURPLE: Uno de los platos fuertes del día y del festival aunque no sabía que nos íbamos a encontrar sobre todo por el estado de forma de Ian Gillan. Pues el hombre anda justito pero anda. Han modificado, sustituido o eliminado partes de los temas para que el amigo Ian logre llegar hasta el final. Un acierto no tocar Child In Time (en Oviedo en el 98 fue ridículo) pero sí tocaron “Hard Lovin Man” mi tema preferido de Purple: Diego feliz como una perdiz. El resto bien aunque me sobró minutaje de solos de Morse y Airey. Están mayores (como me dijo alguien “El más joven de los Purple (Steve Morse) es un buen pureta ya”) pero siguen dando cera y sus clásicos son… pues eso, clasicazos que todos conocemos, que si suenan bien como fue el caso… fiesta asegurada.


RAMMSTEIN: Megaespectáculo de la virgen que entra por los ojos tanto o más que por los oídos. Versión Siglo XXI de lo que hicieron en su día Alice Cooper o Kiss en escena. El cantante de esta gente es un gran actor. En serio. No me extrañaría verlo en pelis (si no lo ha hecho ya). La banda es muuuy inteligente. Gustan de explotar el lado marrano de las cosas y a la gente le gusta sentirse marrana. Además tienen temazos y se gastan una pasta en que el show sea de la ostia. Y lo es.

 
Viernes, 2 de agosto


POWERWOLF: Banda alemana de Power Metal con toques oscurillos que no abusa del doble bombo (acierto!). Me lo pasé muy bien en el concierto. No los conocía excepto un par de temas y cumplieron a la perfección.


UGLY KID JOE: Una de esas sorpresas que se te quedan grabadas. Banda divertida, riffera sin ser metálica, que entre todo su sonido noventero deja vislumbrar sus raíces sabáticas y que se sale un poco del sonido habitual del festival pero que, en lugar de descarrilar, propicia un ambiente cojonudo gracias al gran curro de la banda y en concreto de su cantante Whitfield Crane que no paró en todo el concierto. Como sorpresa, Phil Campbell, salió a tocar Ace Of Spades que, a la postre, fue la única vez que pude disfrutar de ese clásico a pesar de que poco después tocaban Motorhead. Gran concierto.


MUSTASCH: Potente banda metalera de ascendencia stoner en la que únicamente eché en falta que el cantante tuviera mejor y más voz. Aun así cumplieron bien con el cometido dejándose llevar al final de los temas con partes improvisadas molonas atreviéndose incluso con algo parecido a reggae metal.


MOTORHEAD: Las huestes de Mr. Kilmister habían suspendido la gira por el estado de salud de su líder pero en ningún momento se anunció por parte del festival que Lemmy and Cía no fueran a tocar. Y así fue: Wacken fue la única fecha no cancelada de la gira de Motorhead. Albricias. “We are Motorhead and we play rock and roll…” Cojonudo… pero no. Lemmy no iba. Se notaba que no andaba bien ya que, aunque los cinco o seis temas que tocaron sonaron bastante bien, ya se había ido a la parte de atrás del escenario entre dos de esos temas y tardó excesivo tiempo en volver a salir para sorpresa y desconcierto de los propios Campbell y Dee. Sonaron “Stay Clean”, “No class”, “Metropolis” y alguna más antes de que Lemmy desapareciera y se diera por finalizado el concierto. Mal rollo. 


DORO: Concierto especial 30 Aniversario de Doro Pesch, mito viviente del Heavy Metal. Sonido espectacular, temones, emoción, en un show que no se llevó el 10, en mi opinión, por tanto Thank You, thank you, danke schon, danke schon, blablablá entre tema y tema. Fue una ceremonia un tanto irregular por culpa de eso. Cuando se cogía temperatura otra vez parón para dar las gracias. Y es que yo soy en ese sentido muy de la escuela de Slayer: Paradas para hablar las mínimas (salvo alguna excepción). Aun así se combinaron temas míticos como “All We Are”, con versiones como “Breaking The Law” (con Phil Campbell) o “Denim and Leather” (con el propio Biff Byford) y auténticos trallazos de la primera época de Warlock como “Hellbound” o “Earthshaker Rock”. Excelente el estado de la voz de Doro y gran concierto. Supongo que la participación de Lemmy se frustró por su estado de salud pero aun así yo me esperaba alguna aparición importante más del tipo Rob Halford o Gene Simmons. No fue así.




ANVIL: Después de toda la repercusión que tuvo su documental que trataba de como la banda había pasado casi al olvido es curioso que pasara lo siguiente: ME OLVIDÉ DE IR AL CONCIERTO DE ANVIL. Tenía pensado ver un rato a Doro y desplazarme a la carpa a ver a los canadienses pero se me fue la pelota. De hecho, cuando acabó el concierto de Doro digo “Bueno, y ahora Anvil” y me dicen: “Si, donde quedaron Anvil ya…”. 


ASP: La mierda más grande cantante y parlante.


ULI JON ROTH: Anduve un rato con un poco de mala leche por haberme olvidado de ver a Anvil y por el espectáculo deleznable ofrecido por ese montón de mierda llamado ASP. Así que decidí dar un golpe de timón para acercarme a ver a ULI JON ROTH por tercera vez en este festival. Sí, por tercera vez, no me he equivocado. La primera acompañando a Purple en el “Smoke On The Water” y la segunda a Doro en “Fur Immer”. Esto sí que fue un cambio de pantalla en toda regla. Menuda movida se tenía montada el amigo Uli Jon Roth en plan Hendrix o Santana. Digamos que Uli Jon Roth fue miembro de Scorpions desde 1973 a 1978 banda a la que entró sustituyendo a Michael Schenker cuando este se fue a UFO. Se dice que Roth dejó Scorpions por los derroteros jevimetaleros en los quería introducirse la banda yendo sus apetencias musicales por otro lado como muy bien pude comprobar en este concierto. Mr. Roth lleva todo este año celebrando el 40 aniversario de su entrada en Scorpions y para ello ha elaborado un set list en el que interpreta temas de aquella época. No domino en absoluto el repertorio de esos años de la banda germana pero por lo que vi y escuché allí, hubo un antes y un después de la salida de Uli Jon Roth del grupo siendo esos temas largos, psicodélicos y espirituales no exentos de intensidad y cierta dureza que logran un ambiente ácido en el que fluir maravillosamente. De hecho había por allí pululando peña bastante inflada de sustancias psicotrópicas a la que le daban espasmos en lo que supongo serían orgasmos interminables de placer patrocinado por Uli. Yo, que únicamente iba a cervezas, ya me lo flipé bastante, así que ni me imagino ellos. Concierto memorable. 


GRAVE DIGGER: Después de la flipadura vivida, tocaba volver a los escenarios grandes donde era el turno de Grave Digger. Pero yo ya estaba un poco aturdido de música, así que, junto a otros aturdidos los escuché de lejos tirado en la hierba y haciendo un poco el cabra. 

Viernes, 3 de agosto


FEAR FACTORY: Nunca he sido gran fan de Fear Factory pero me lo pasé bien en su concierto. Buen sonido, actitud correcta, la peña entregada. Con esa combinación difícil que algo no mole en directo.


LAMB OF GOD: Lo mismo que Fear Factory pero me molaron mucho más. Mucha caña bruta aplastante y un frontman cojonudo. La gente veterana  decía que no era normal el buen tiempo que estaba haciendo en Wacken y la buena nueva se rompió de pronto con 45 minutos de descarga de agua a todo lo que daba. Aguantamos estoicamente por el buen hacer de la banda pero, chorreando, algunos acabamos yéndonos a la tienda de campaña a cambiarnos de ropa. 



ANTHRAX: Los primeros compases del concierto de Anthrax los escuchamos desde las tiendas de campaña. Rápidamente volvimos con ropa seca y chubasqueros (que no hicieron falta). Se habían formado grandes charcos frente a los escenarios que la gente aprovechó para llenarse de mierda hasta las orejas rebozándose en el fango por parejas, tríos y en grupos grandes. Segunda vez en mes y pico que podía disfrutar de un concierto de los originarios de Nueva York. La banda está en forma y es una máquina de frallar cuellos perfectamente engrasada. Temas de su último gran disco, clasicazos, versiones… De lo mejorcito del festival. De hecho, esta tarde tendrían lugar tres de los mejores conciertos de todo el festival. Uno fue este.


DANZIG: Una de las grandes incógnitas del festival era que nos iba a deparar el concierto de Danzig. No sé si esto servirá para ilustrar mi opinión sobre la actuación de Evil Elvis pero su concierto fue el que más rápido se me pasó de todo el festival y el que más ganas me dejó de más. La cosa empezó un poco corta de sonido y con Glenn Danzig dosificando, gastando lo que queda de su voz en las partes importantes, bajando el pistón por momentos. Pero poco a poco se fue calentando la cosa y así, como si nada, estábamos asistiendo a un conciertazo de tomo y lomo con Danzig desatado y cumpliendo bastante bien con la labor vocal. La banda impresionante trillaba concienzudamente los terrenos por donde les dirigía el jefe. Sonaron “Twist Of Cain”, “Dirty Black Summer”, “Hammer Of The Gods”, “Am I Demon”, “How The Gods Kills” justo antes de anunciar a Doyle y ejecutar la parte del show dirigida al repertorio de los Misfits. Doyle impresiona. No habla. No para de moverse. Está musculado como una mala bestia. Ataca su guitarra como si la estuviera descuartizando. Verdaderamente único ver a Danzig y Doyle en buen estado de forma en un concierto sonando de forma espectacular. Sonaron “Vampira”, “Death Comes Ripping”, “Skulls”, “Astro Zombies” y “Bullet” para terminar con “Last Caress”, marcharse Doyle para que Danzig cantara “Mother” y volver Doyle para terminar con “Die, Die My Darling”. Conciertazo que, quizá también por lo inesperado, es uno de los momentos más grandes que recuerdo de todo el festival.


TRIVIUM: En estado de embobamiento cambié de escenario para asistir al concierto de Trivium. Buen sonido y buen concierto de los estadounidenses pero no me enganchan.


ALICE COOPER: ¿Cuántos años tiene este tío? ¿60? ¿65? ¿70? ¿80? Pero si se iba de copas con Jim Morrison… Si no me esperaba lo de Danzig menos aún me esperaba la lección magistral que impartieron Vincent Fournier and Cía esa noche. Impresionante. Astronómico. Insuperable y todo lo queráis es poco. Uno de los mejores conciertos de mi vida. Interpretación de temas: 10. Sonido: 10. Vestuario: 10. Set List: 10. Banda: 10. Escenografía: 10… Sonaron “No More Mr. Nice Guy”, “Billion Dollar Babies”, “Hey Stoopid”, “Welcome To My Nightmare” y muchas más repartiendo los hits de sus diferentes épocas como ese crupier que juega a tu favor. Y todo esto en el marco teatral que por conocido no dejó de ser impresionante, guillotinazo incluido. Lo que hizo que el concierto despegara a un nivel sólo al alcance de elegidos fue la parte en la que aprovechando la muerte del personaje, Mr. Fournier se da una vuelta musical por el cementerio del rock n roll homenajeando a Morrison, Lennon, Hendrix y Moon e interpretando de forma magistral clásicos del tamaño de “Break On Through”, “Revolution”, “Foxy Lady” y “My Generation”. La boca abierta más diez minutos y los ojos algo húmedos de la emoción. ¿Cierre de concierto? “I´m Eighteen”, “Poison” y “School´s Out”. Insuperable. Tan insuperable que la última nota del concierto de Alice Cooper fue, para mi, el final del festival. Estaba lo suficientemente satisfecho y destrozado como para saber que era el momento idóneo para apearme tranquilamente y paladear cada una de las buenas sensaciones que me había dejado el festival y, por qué no, comerme una bratwurst bien acicalada con kétchup y mostaza.



Una de las vivencias más emocionantes, divertidas y memorables de mi vida.