Wacken, WACKEN, wacken, WACKENNNNN!!! Tanto
Wacken por arriba y por abajo que me dije “esto tengo que vivirlo en primera
persona al menos una vez”. Y así es como se gesta una decisión acertada. Decir
de antemano que en Wacken se dan las circunstancias técnicas perfectas para que
cada banda suene en su mejor nivel. Todos los detalles están cuidados al
máximo. Esto, unido a que Wacken se ha convertido en La Meca del Metal lugar donde
las bandas quieran dar lo mejor de sí mismas, supone que la gran mayoría de los
shows a los que asistes son conciertazos. Te puede gustar más o menos la banda
o su estilo pero, en general, estás viendo y escuchando un espectáculo musical
sobresaliente. Por un lado está la gente del festival: 80.000 almas metaleras
pululando de un lado a otro con la sonrisa permanente en la cara, sabedores de
que están IN THE HOLY LAND OF WACKEN!!! Por otro lado, y más importante, la
gente con la que conviví y compartí esta magnífica vivencia. A la mayoría no os
conocía más que de aquella cena navideña y, a raíz de estos cuatro días sabed
que todos y todas tenéis un lugar en mi corazoncito porque sois cojonudos/as.
Si este Wacken será una de las batallitas que cuente a sus nietos el abuelo
Diego dentro de muchos años es en un mucha parte gracias a que la convivencia
fue una delicia.
Comencemos con la música….
Miércoles, 31 de julio
TRALLERY: Banda mallorquina
ganadora del Metal Battle en España. La Metal Battle es una batalla de bandas
que tiene lugar en cada país cuyos ganadores nacionales disputan la final en
Wacken. El ganador tiene como premio la firma de un contrato discográfico. Este
año disputaban dicha final alrededor de 30 bandas procedentes de otros tantos
países que tienen un tiempo de actuación de 20 minutos cada una. Lo que a
Trallery le va es el Thrash Metal y su concierto fue intenso, plagado de temas juguetones
y agresivos con continuos cambios de ritmo, paradas y retornos. Quedaron
terceros en la clasificación a dos puntos de los canadienses Crimson Shadows,
vencedores de la edición, y a uno de los chinos Nine Treasures que fueron
segundos. Tienen buena pinta. A ver cómo funcionan en el futuro.
Jueves, 1 de agosto
SKYLINE: Es tradición que la
primera banda que toca en los escenarios grandes sea la compuesta por los
dueños del festival. Allá por el 24 de agosto de 1990 fueron cabeza de cartel
del primer Wacken. Tocan versiones de grandes clásicos, además de algún tema
suyo y suenan bien. Estuvieron Turbo Lover, Bark At The Moon y Paranoid entre
otras.
ANNIHILATOR: Buen concierto de
Jeff Waters y sus esbirros. Alternaron temas nuevos con clásicos y con algún
tema poco habitual. “Bueno, ahí va la última. No lo adivinareis… Casi treinta
años después y siempre esta es la última…” Jeff, si tocas Alice in Hell la
última es porque quieres. La metas donde la metas quedará cojonuda. Luego
tienes temazos sobrados para acabar el concierto a tope hombre. Seguro que me
escucha.
THUNDER: Banda inglesa aunque con
aroma americano que practica un Hard Rock anclado en finales de los 80 del
mismo palo que Tesla o LA Guns pero con
la flema inglesa. Chorrazo de voz de su cantante Danny Bowes. Buen concierto.
DEEP PURPLE: Uno de los platos
fuertes del día y del festival aunque no sabía que nos íbamos a encontrar sobre
todo por el estado de forma de Ian Gillan. Pues el hombre anda justito pero
anda. Han modificado, sustituido o eliminado partes de los temas para que el
amigo Ian logre llegar hasta el final. Un acierto no tocar Child In Time (en
Oviedo en el 98 fue ridículo) pero sí tocaron “Hard Lovin Man” mi tema
preferido de Purple: Diego feliz como una perdiz. El resto bien aunque me sobró
minutaje de solos de Morse y Airey. Están mayores (como me dijo alguien “El más
joven de los Purple (Steve Morse) es un buen pureta ya”) pero siguen dando cera
y sus clásicos son… pues eso, clasicazos que todos conocemos, que si suenan
bien como fue el caso… fiesta asegurada.
RAMMSTEIN: Megaespectáculo de la
virgen que entra por los ojos tanto o más que por los oídos. Versión Siglo XXI
de lo que hicieron en su día Alice Cooper o Kiss en escena. El cantante de esta
gente es un gran actor. En serio. No me extrañaría verlo en pelis (si no lo ha
hecho ya). La banda es muuuy inteligente. Gustan de explotar el lado marrano de
las cosas y a la gente le gusta sentirse marrana. Además tienen temazos y se
gastan una pasta en que el show sea de la ostia. Y lo es.
Viernes, 2 de agosto
POWERWOLF: Banda alemana de Power
Metal con toques oscurillos que no abusa del doble bombo (acierto!). Me lo pasé
muy bien en el concierto. No los conocía excepto un par de temas y cumplieron a
la perfección.
UGLY KID JOE: Una de esas
sorpresas que se te quedan grabadas. Banda divertida, riffera sin ser metálica,
que entre todo su sonido noventero deja vislumbrar sus raíces sabáticas y que
se sale un poco del sonido habitual del festival pero que, en lugar de
descarrilar, propicia un ambiente cojonudo gracias al gran curro de la banda y
en concreto de su cantante Whitfield Crane que no paró en todo el concierto.
Como sorpresa, Phil Campbell, salió a tocar Ace Of Spades que, a la postre, fue
la única vez que pude disfrutar de ese clásico a pesar de que poco después
tocaban Motorhead. Gran concierto.
MUSTASCH: Potente banda metalera
de ascendencia stoner en la que únicamente eché en falta que el cantante
tuviera mejor y más voz. Aun así cumplieron bien con el cometido dejándose llevar al final de los temas con partes improvisadas molonas atreviéndose incluso con algo parecido a reggae metal.
MOTORHEAD: Las huestes de Mr.
Kilmister habían suspendido la gira por el estado de salud de su líder pero en
ningún momento se anunció por parte del festival que Lemmy and Cía no fueran a
tocar. Y así fue: Wacken fue la única fecha no cancelada de la gira de
Motorhead. Albricias. “We are
Motorhead and we play rock and roll…” Cojonudo… pero no. Lemmy no iba. Se
notaba que no andaba bien ya que, aunque los cinco o seis temas que tocaron
sonaron bastante bien, ya se había ido a la parte de atrás del escenario entre
dos de esos temas y tardó excesivo tiempo en volver a salir para sorpresa y desconcierto de los propios
Campbell y Dee. Sonaron “Stay Clean”, “No class”, “Metropolis” y alguna más
antes de que Lemmy desapareciera y se diera por finalizado el concierto. Mal
rollo.
DORO: Concierto especial 30
Aniversario de Doro Pesch, mito viviente del Heavy Metal. Sonido espectacular,
temones, emoción, en un show que no se llevó el 10, en mi opinión, por tanto
Thank You, thank you, danke schon, danke schon, blablablá entre tema y tema.
Fue una ceremonia un tanto irregular por culpa de eso. Cuando se cogía
temperatura otra vez parón para dar las gracias. Y es que yo soy en ese sentido
muy de la escuela de Slayer: Paradas para hablar las mínimas (salvo alguna
excepción). Aun así se combinaron temas míticos como “All We Are”, con
versiones como “Breaking The Law” (con Phil Campbell) o “Denim and Leather”
(con el propio Biff Byford) y auténticos trallazos de la primera época de
Warlock como “Hellbound” o “Earthshaker Rock”. Excelente el estado de la voz de
Doro y gran concierto. Supongo que la participación de Lemmy se frustró por su
estado de salud pero aun así yo me esperaba alguna aparición importante más del
tipo Rob Halford o Gene Simmons. No fue así.
ANVIL: Después de toda la
repercusión que tuvo su documental que trataba de como la banda había pasado
casi al olvido es curioso que pasara lo siguiente: ME OLVIDÉ DE IR AL CONCIERTO
DE ANVIL. Tenía pensado ver un rato a Doro y desplazarme a la carpa a ver a los
canadienses pero se me fue la pelota. De hecho, cuando acabó el concierto de
Doro digo “Bueno, y ahora Anvil” y me dicen: “Si, donde quedaron Anvil ya…”.
ASP: La mierda más grande
cantante y parlante.
ULI JON ROTH: Anduve un rato con
un poco de mala leche por haberme olvidado de ver a Anvil y por el espectáculo
deleznable ofrecido por ese montón de mierda llamado ASP. Así que decidí dar un
golpe de timón para acercarme a ver a ULI JON ROTH por tercera vez en este
festival. Sí, por tercera vez, no me he equivocado. La primera acompañando a
Purple en el “Smoke On The Water” y la segunda a Doro en “Fur Immer”. Esto sí
que fue un cambio de pantalla en toda regla. Menuda movida se tenía montada el
amigo Uli Jon Roth en plan Hendrix o Santana. Digamos que Uli Jon Roth fue
miembro de Scorpions desde 1973 a 1978 banda a la que entró sustituyendo a
Michael Schenker cuando este se fue a UFO. Se dice que Roth dejó Scorpions por los
derroteros jevimetaleros en los quería introducirse la banda yendo sus
apetencias musicales por otro lado como muy bien pude comprobar en este
concierto. Mr. Roth lleva todo este año celebrando el 40 aniversario de su
entrada en Scorpions y para ello ha elaborado un set list en el que interpreta
temas de aquella época. No domino en absoluto el repertorio de esos años de la
banda germana pero por lo que vi y escuché allí, hubo un antes y un después de
la salida de Uli Jon Roth del grupo siendo esos temas largos, psicodélicos y
espirituales no exentos de intensidad y cierta dureza que logran un ambiente
ácido en el que fluir maravillosamente. De hecho había por allí pululando peña
bastante inflada de sustancias psicotrópicas a la que le daban espasmos en lo
que supongo serían orgasmos interminables de placer patrocinado por Uli. Yo,
que únicamente iba a cervezas, ya me lo flipé bastante, así que ni me imagino
ellos. Concierto memorable.
GRAVE DIGGER: Después de la
flipadura vivida, tocaba volver a los escenarios grandes donde era el turno de
Grave Digger. Pero yo ya estaba un poco aturdido de música, así que, junto a
otros aturdidos los escuché de lejos tirado en la hierba y haciendo un poco el
cabra.
Viernes, 3 de agosto
FEAR FACTORY: Nunca he sido gran
fan de Fear Factory pero me lo pasé bien en su concierto. Buen sonido, actitud
correcta, la peña entregada. Con esa combinación difícil que algo no mole en
directo.
LAMB OF GOD: Lo mismo que Fear Factory
pero me molaron mucho más. Mucha caña bruta aplastante y un frontman cojonudo.
La gente veterana decía que no era
normal el buen tiempo que estaba haciendo en Wacken y la buena nueva se rompió
de pronto con 45 minutos de descarga de agua a todo lo que daba. Aguantamos
estoicamente por el buen hacer de la banda pero, chorreando, algunos acabamos
yéndonos a la tienda de campaña a cambiarnos de ropa.
ANTHRAX: Los primeros compases
del concierto de Anthrax los escuchamos desde las tiendas de campaña. Rápidamente
volvimos con ropa seca y chubasqueros (que no hicieron falta). Se habían
formado grandes charcos frente a los escenarios que la gente aprovechó para
llenarse de mierda hasta las orejas rebozándose en el fango por parejas, tríos
y en grupos grandes. Segunda vez en mes y pico que podía disfrutar de un
concierto de los originarios de Nueva York. La banda está en forma y es una
máquina de frallar cuellos perfectamente engrasada. Temas de su último gran
disco, clasicazos, versiones… De lo mejorcito del festival. De hecho, esta
tarde tendrían lugar tres de los mejores conciertos de todo el festival. Uno
fue este.
DANZIG: Una de las grandes
incógnitas del festival era que nos iba a deparar el concierto de Danzig. No sé
si esto servirá para ilustrar mi opinión sobre la actuación de Evil Elvis pero
su concierto fue el que más rápido se me pasó de todo el festival y el que más
ganas me dejó de más. La cosa empezó un poco corta de sonido y con Glenn Danzig
dosificando, gastando lo que queda de su voz en las partes importantes, bajando
el pistón por momentos. Pero poco a poco se fue calentando la cosa y así, como
si nada, estábamos asistiendo a un conciertazo de tomo y lomo con Danzig
desatado y cumpliendo bastante bien con la labor vocal. La banda impresionante
trillaba concienzudamente los terrenos por donde les dirigía el jefe. Sonaron
“Twist Of Cain”, “Dirty Black Summer”, “Hammer Of The Gods”, “Am I Demon”, “How
The Gods Kills” justo antes de anunciar a Doyle y ejecutar la parte del show
dirigida al repertorio de los Misfits. Doyle impresiona. No habla. No para de
moverse. Está musculado como una mala bestia. Ataca su guitarra como si la
estuviera descuartizando. Verdaderamente único ver a Danzig y Doyle en buen
estado de forma en un concierto
sonando de forma espectacular. Sonaron “Vampira”, “Death Comes Ripping”,
“Skulls”, “Astro Zombies” y “Bullet” para terminar con “Last Caress”, marcharse
Doyle para que Danzig cantara “Mother” y volver Doyle para terminar con “Die,
Die My Darling”. Conciertazo que, quizá también por lo inesperado, es uno de
los momentos más grandes que recuerdo de todo el festival.
TRIVIUM: En estado de
embobamiento cambié de escenario para asistir al concierto de Trivium. Buen
sonido y buen concierto de los estadounidenses pero no me enganchan.
ALICE COOPER: ¿Cuántos años tiene
este tío? ¿60? ¿65? ¿70? ¿80? Pero si se iba de copas con Jim Morrison… Si no
me esperaba lo de Danzig menos aún me esperaba la lección magistral que
impartieron Vincent Fournier and Cía esa noche. Impresionante. Astronómico.
Insuperable y todo lo queráis es poco. Uno de los mejores conciertos de mi
vida. Interpretación de temas: 10. Sonido: 10. Vestuario: 10. Set List: 10. Banda:
10. Escenografía: 10… Sonaron “No More Mr. Nice Guy”, “Billion Dollar Babies”,
“Hey Stoopid”, “Welcome To My Nightmare” y muchas más repartiendo los hits de
sus diferentes épocas como ese crupier que juega a tu favor. Y todo esto en el
marco teatral que por conocido no dejó de ser impresionante, guillotinazo
incluido. Lo que hizo que el concierto despegara a un nivel sólo al alcance de
elegidos fue la parte en la que aprovechando la muerte del personaje, Mr. Fournier
se da una vuelta musical por el cementerio del rock n roll homenajeando a
Morrison, Lennon, Hendrix y Moon e interpretando de forma magistral clásicos
del tamaño de “Break On Through”, “Revolution”, “Foxy Lady” y “My Generation”. La
boca abierta más diez minutos y los ojos algo húmedos de la emoción. ¿Cierre de concierto? “I´m Eighteen”,
“Poison” y “School´s Out”. Insuperable. Tan insuperable que la última
nota del concierto de Alice Cooper fue, para mi, el final del festival. Estaba
lo suficientemente satisfecho y destrozado como para saber que era el momento
idóneo para apearme tranquilamente y paladear cada una de las buenas
sensaciones que me había dejado el festival y, por qué no, comerme una bratwurst bien acicalada con kétchup y mostaza.
Una de las vivencias más
emocionantes, divertidas y memorables de mi vida.
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